Migas blancas bailan en un charco de gasolina
Pepe me pregunta: ¿cuál es la probabilidad de encontrar dos nubes idénticas? en tiempo y forma es muy baja casi nula lo extraordinario solo es un error estadístico a los ojos Pepe es como Juan Ramón al que Rubén Darío llamó nefelibata aunque también es nefilim porque anda en las nubes como un gigante misterioso y bíblico ¿Y como Nefertiti? ¡Ahí no! Ella solo fue reina y señora de las Dos Tierras y aclarados estos dos .. la misión de uno debería ser mirar una nube habitarla deslizar el cuerpecito por el contorno de sus crestas espumosas sus arterias lechosas y saltar a la siguiente antes de que el nimbo se cuartee en mil volutas las nubes son terrones de azúcar en un charco de gasolina iridiscente son los pensamientos de los montes y las colinas vagan como ectoplasmas perdidos por un cielo herido de colores me guardo las nubes —por si acaso— bajo llave deshilachadas en el vaso canopo de Nefertiti donde fermentan esperando a ser bebidas a grandes sorbos trompicones las vísceras celestes de este mundo infinito y los de al lado las nubes son cambiantes (como las personas) volubles como sus principios pues su efecto se produce desde adentro y miran con desdén y superioridad a las otras de su especie cuando éstas les cortan el paso (¡como las personas!) si atiendes a la mudanza de sus formas si miras con cuidado su geometría sagrada ¿ves? son todas iguales desde lejos diferentes parecidas caóticas y grises mienten se disfrazan cambian de piel y densidad y ¡puf! se esfuman en cuanto las coges cariño uno o dos puñados nubes comestibles un reguero de migas blancas desperdigadas por un mantel cerúleo y limpito sus formas caprichosas rebeldes se tornan ahora ligeras luego espesas y su cuerpo se abre en voluptuosas curvaturas cuando las suceden aquellas nubes mastodónticas sinuosas mammatus creo que las llaman nubes como tetas que guardan en su base cúmulos estratos cirros como también la leche descansa en el pecho materno no conocen la vergüenza los hidrometeoros ni sus hijos cuando el viento les empuja apenas ceden palmo de cielo (______________) no se arredran los cumulonimbos tampoco al ondular sus cortezas sin embargo tú sí tú te enrojeces cuando te digo alguna cosa y te nace una florescencia en la mejilla inflamada debe ser un arrebol o una columna de aire caliente y húmedo