¿Qué es Bocata di Cardinale?
Empecemos por el principio.
Un 'bocato di cardinale', es decir, un bocado de cardenal, es una expresión que hace referencia a algo exquisito y sublime, cualquier cosa de una calidad superior. En particular, la comida que el más alto clero se llevaba al boquino.
En el año 1691, Gabriel D’Emiliano ya afirmaba que la glotonería de los religiosos católicos y su ancestral perdición por las delicadezas culinarias dio lugar al proverbio ‘boccone di preti o di cardinali’.
En la literatura española, este ‘boccone’ aparece convertido en ‘bocatto’ sin mayores explicaciones y el propio Lorca lo utiliza en 1931 para referirse a personas muy bellas:
“Sí señor. Me voy a casar porque doña Rosita es un bocatto di cardinali”.
La historia y sus equívocos también indujeron a pensar en los bocadillos y entremeses que se zampaba la actriz italiana Claudia Cardinale que, al parecer, estaban para chuparse los dedos. En fin, se non è vero, è ben trovato.
El último giro lingüístico lo hace mi yo de ocho años (aprox.) cuando, hablando con mis queridos padres, les suelto, ni corto ni perezoso, alguna frase rematada con ‘bocata di cardinale’. La inventiva de un niño pequeño con el lenguaje es algo impresionante, desde luego. La evolución del proverbio quedaba entonces así:
boccone di preti —> bocatto di cardinali —> bocato di cardinale —> bocata di cardinale
Así las cosas, BOCATA DI CARDINALE es un proyecto literario que comparte el mismo refinamiento que un manjar religioso, cuando este se trae a la mesa del vulgo y viceversa. Lo trivial y chabacano se da cita con lo sublime y excelso. Alta y baja cultura no son fuerzas opuestas sino complementarias. Imaginemos entonces un bocata de calamares, símbolo popular, reposando en las manos de unos de los más altos rangos eclesiásticos, un cardenal, mientras la grasilla le mancha la estola. Eso es, ni más ni menos, bocata di cardinale.
¿Qué narices me has contado?
No estoy seguro. Si te digo la verdad, yo también tengo mis dudas. Soy una persona que duda muchísimo (libra). Bajémoslo a tierra pues.
¿Qué encontrarás en este substack?
En este canal de Substack —¿se dice canal?— encontrarás relatos que cabalgan entre la realidad y la ficción, algunos en parte autobiográficos. Me gusta llamarlos cuentos patafísicos, pues soy un eterno deudor del surrealismo francés, de Boris Vian, Jodorowsky, Cocteau, y un largo etcétera.
Otros cuentos se hunden en mi realidad más inmediata, lo que conozco; podríamos hablar de ciencia ficción ibérica. Relatos que, no exentos de humor, descorren el velo de lo aparente y muestran el absurdo de la existencia humana.
Encontrarás, de vez en cuando, reflexiones acerca de la vida, la cultura popular, la religión, las relaciones humanas y, en general, cosas que me van llamando la atención. Suelen tratarse de cuestiones que se apartan de la inmediatez y de la actualidad, de la urgencia mediática. ¿Podríamos decir atemporales? Seguramente.
La verdadera razón es que no me siento con autoridad para opinar sobre nada, me da hasta vértigo, así que prefiero escribir literatura, en este oportuno quicio que he encontrado entre la realidad y la magia, la filosofía y lo absurdo.
En definitiva, Bocata di Cardinale son cuentos, pequeñas historias que trascienden lo cotidiano para intentan señalar hacia algo más grande y oculto que encierra lo ordinario, siempre con el humor como vehículo sagrado. Caricaturas, arquetipos, vaivenes, donde hallamos cierta sustancia compartida.
No menos importante: poemas. Algunos en verso, otros en prosa, muy libres todos, y que son, a su vez, una suerte de historias, cuentos experimentales que no se encuentran subordinados al esquema tradicional de la narrativa.
¡En fin! Juzga tu mism@ y disfruta (o no) del contenido que comparto por aquí. Y si te gustan, no olvides suscribirte, que lo agradeceré mogollón.
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